23 diciembre - Swimming in the rain


O la gota fría de los huevos tendría que ser el subtítulo de esta entrada. Más que nada por que lo que me ha caído hoy encima no es normal. Ni tirándome a una piscina hubiera estado más mojado. El paraguas no servía para nada ya que el viento que te atraía el agua a la cara, el pecho, las manos....Las botas tampoco servían ya que, gracias al sistema de alcantarillado, las carreteras estaban inundadas y para cruzarlas tenías que alquilar una góndola con su gondolieri o llevar manguitos para nadar. En la parada del autobús, la marquesina solo servía para que no te cayera más agua encima por que había que tener el paraguas abierto bajo la misma. Y ni por esas te quedabas seco. Encima el autobús no me ha dejado donde tenía que hacerlo, si no que me ha dejado a unos siete minutos a pie (en seco). Con la lluvia he tardado como unos quince minutos y por supuesto empapándome bajo la lluvia. Gene Kelly hubiera buscado refugio y My Fair Lady no hubiera dicho la pamplina aquella de la "lluvia en Sevilla es una maravilla" (The rain in Spain stays mainly in the plain!). Resumiendo que he llegado al trabajo más mojado que una galleta en un vaso de leche. Menos mal que uno es previsor y tenía ropa para cambiarse en el trabajo (incluyendo calcetines), que llevo tres horas intentando secar botas y pantalones con un calentador y que me he tomado ya un frenadol por si la moscas.

16 diciembre - El maravilloso mundo de la publicidad navideña I


Llegada esta época del año la televisión se vuelve, aún más, insufrible. Gracias a Dios que se inventaron los discos duros multimedia. Cada tres minutos hay una pausa de quince o veinte minutos de publicidad. Dependiendo del horario nos vemos bombardeados por anuncios de juguetes (otro tema que tratará a no ser que Carlos Corso me lo quite) o por anuncios de perfume. Es cierto que en otra época uno esperaba estos anuncios como agua de Mayo. Bueno, en realidad solo esperaba el de la motera tetona que buscaba a Jacqs, los demás como que me la traían al pairo. Es cuando uno se hace mayor y tiene que empezar a buscar regalos cuando se va fijando cada vez más en este tipo de anuncios. Todos recordaréis el de "mi primera colonia...Chispas". Con ese nombre se pueden vender bujías o mecheros, pero colonias no. Pero vamos a centrarnos en la actualidad, en los anuncios raros que intentan venderte el producto.
  • Vamos a empezar por el de Loewe. Un tío disfrazado de algo raro que gira el cuello y suenan caballos. ¿Qué cojones te está diciendo? ¿Que el perfume huele a cuadra o que el colega tiene un grave problema de cervicales?
  • Oh la la (o como se llame). Una panda de payaso (con perdón para los payasos de verdad) contando una historia de no sé qué aguja de reloj que cae en un soufflé y un perro que habla. ¿Huele a soufflé? ¿A perro? ¿A soufflé de perro? ¿Te pones ese perfume y te crees que vives en el pais de Micolor?
  • Tresor de Lancome. Ruego encarecidamente ver este anuncio en Youtube. Vamos a ver. Una chica que se descalza y se pone a andar por un estanque, por muy delgada que esté hace ruido. El chavalín será sordo perdido. Por cierto al final del anuncio hay un "momento teniente" en el que se escucha "La mula está estresá"
  • El de Diesel en el que se ve a un menda corriendo y unos cuantos coches dando marcha atrás. Que yo soy el conductor de uno de los coches y a no ser que el tío venga corriendo con un hacha va a dar marcha atrás el tato. Por cierto, con ese nombre y esa temática tienes que oler a tubo de escape cosa mala.
Estos son de los que me acuerdo del nombre. Hay un montón de anuncios en los que salen los chicos o chicas saltando (te has puesto perfume, no te has comido un saco de muelles), corriendo (¿tendrán anfetas?) o tirados en sofás de moda (es lo que tiene la heroína, que te da bajona). Obviamente tienes que tener una tableta de chocolate en las abdominales (no derretida como la que tengo yo, si no bien marcada, como la de Nestlé), ser guapo o guapa y, en el caso de las chicas, no pesar más de 30 kilos. En caso contrario ese perfume no te identifica.


15 diciembre - Feliz consumismo

Una de las cosas que trae Diciembre, además del frío, es el espíritu consumista que nos corroe. Uno siempre dice que va a minimizar los gastos, que este año no se puede y demás tipo de tonterías. Al final te terminas gastando un pastizal en regalos, comidas y reuniones. Los compañeros de trabajo, los de la facultad, los amigos de toda la vida, los vecinos y los del coro de secundaria que hace una eternidad que no ves. Al final te juntas en una semana con seis comidas y cuatro cenas....Sin contar que las fiestas aún no han comenzado, que es ahí cuando realmente te pones a comer. Por que, digas lo que digas, en Nochebuena te atiborras como un cerdo con las tapas. Que si un poco de jamón, que si una rodaja de caña, un par de langostinos que se van a poner malos, que si esperad que ahora viene la carne, los postres, los mantecados y el turrón....Vamos, que terminas rezando por un par de días a pan y agua.
Y los regalos...Qué maravilla andar por un centro comercial estos días, sin nadie, aislándote del ruido de la calle.....Puede ser lo más parecido a una estampida de bisontes que llegues a conocer. Para evitar esto solo tienes dos opciones. O vas cuando el portero está abriendo el centro comercial o bien, no vas. Pero entonces tendrás que visitar otras tiendas que estarán igual de saturadas. Como no hayas hecho las compras en noviembre no te escaparás.
Quizás mañana me dedique a hablar de otro maravilloso tema navideño: los anuncios de colonia.