Eyjafjallajokull

Con ese nombre es normal que esté dando tantos dolores de cabeza a turistas, compañías aéreas, gabinetes políticos...y hoteles. Desde mi punto de vista completamente subjetivo pero racional, no es problema de los hoteles que un p**o volcán islandés haya entrado en erupción y que el tráfico aéreo se cierre. El aluvión de cancelaciones es abismal. Un problema serio, sobre todo en Sevilla, que se espera a la temporada extra de Feria como agua de Mayo (en Abril). Conozco casos de hoteles con más de un 40% de cancelaciones sobre la ocupación real. Cancelaciones que en la mayoría de los casos no se van a poder cobrar o solamente una noche. Cancelaciones que van a repercutir que grandes cadenas hoteleras con hoteles en Sevilla dejen de contratar a personal en verano ya que no están cumpliendo los objetivos de producción estimados para temporada alta. Cancelaciones que no pueden ser reclamadas a nadie y que, posiblemente, puedan ser utilizadas para cortar cabezas.
Según la prensa, los perjudicados por este inconveniente son las compañías aéreas primero (poderoso caballero...) y, por supuesto, los viajeros. Los hoteles, restaurantes, agencias de viajes, bares y espectáculos de las ciudades de destino no. Aquí nadie sale perjudicado a no ser que esté detrás de un mostrador de reclamaciones. No se puede contabilizar el perjuicio económico de este incidente. Va a ser bastante grave.
Si el hotel donde me voy a alojar en mis vacaciones sale ardiendo, ¿la compañía aérea me devolvería el importe del vuelo? La respuesta es clara, no. Una cosa es el vuelo que te lo proporciona la compañía aérea y otra cosa es el alojamiento. El hotel sería el encargado de buscarte otro alojamiento de igual o superior categoría en la misma zona. Entonces, si el problema en este volcánico caso, es de las compañías aéreas, ¿por qué yo (como hotel) tengo que devolverte el dinero? ¿Acaso te obligué a reservar una habitación con tarifa no reembolsable amenazándote con una pistola en el pecho? ¿Qui´zas secuestré a tu familia para que lo hicieras? Que las compañías te proporcionen las soluciones, que se fastidien ellos por que yo no me tengo por qué fastidiar cuando no es problema mío.
Así que la próxima vez que vueles reserva el seguro de viaje que, con suerte, tampoco te cubrirá una erupción volcánica ni una lluvia de ranas.