21 septiembre - Lluvia

Está lloviendo. Siempre se agradece una suave lluvia. Incluso una tormenta. Me gusta la lluvia. No entiendo por qué la gente se deprime con ella. Acaso el miedo escénico de un decorado gris. Acaso el yugo del agua sobre la cabeza. No lo sé. Me gusta cómo huele la lluvia. Me gusta verla. Tras la ventana o empapándome en ella. Me da igual. Siempre es de agradecer y más en estos momentos. La lluvia tiene ese terrible don desmemorizador que hace que a la gente se le olvide conducir. Tiene la capacidad de hacer correr a ancianas amas de casa y obesos parados. Posee la innata capacidad de hacer reir cuando se llega a un destino empapado. Hace que la ciudad adquiera una luz más romántica. Encima siempre hace falta.
Y la gente sigue diciendo que no le gusta la lluvia.

14 septiembre - La llamada

Hoy es una de esas tardes en la que todo va más o menos tranquilo. Los clientes están en la calle o durmiendo la siesta. Apenás hay reservas que meter. El tiempo acompaña. Una de esas tardes ociosas en definitiva (donde digo tarde también podía haber dicho noche). Pero de repente suena un teléfono. El teléfono de recepción. Y ya sabes que todo se va a ir por el retrete. Sabes que en el 95% de las ocasiones que suena son marrones y con ese tono de voz de "haber con qué me encuentro ahora" coges el aparatito. Hasta hace un rato la tarde iba de maravilla. Hasta hace solo un rato. Suena el ring ring y un cliente italiano te dice que no se ve la RAI 1. Intenta explicarle al buen hombre que hoy no lo va a ver porque la RAI 1 estará echando algo para lo cual no tiene derechos internacionales. O esa otra llamada de unos belgas que dicen que se le sale el agua del cuarto de baño y que hasta mañana no viene mantenimiento. O los que directamente bajan a recepción descalzos como si esto fuera un hotel de Cancún diciendo que tienen frío...COÑO PUES NO ANDES DESCALZO QUE TE VAS A RESFRIAR....
Y eso que la tarde iba muy tranquila.
Y el Sevilla juega en un rato (jejeje).

9 septiembre - Cabeza de Ratón

Y no es que me vaya a poner una careta de Mickey. Resulta que, poco a poco, uno siempre ha querido ir subiendo. Parece que, también poco a poco, uno va subiendo. No hace mucho tiempo que uno está en el negocio de la prostitución turística (los que trabajamos en este mundillo sabemos que las putas y los recepcionistas mantienen carreras muy parejas). Una vez dentro de este proxenetismo de trabajo me propuse una meta. Una meta a 10 años. Llevo 2 solamente, y pasito a pasito parece que me voy acercando a ella. Supuestamente, y digo supuestamente no vaya a ser que las cosas se tuerzan, el mes que viene entro como jefe de recpción de un hotelito. Bueno, como jefe y "algo más...un poquito de todo" usando palabras de mi jefe. Concretando, que como me descuide me colocan la escoba en el culo para que barra cuando ande.
Siempre he pensado que el jefe vive mejor aunque tenga más trabajo. Al menos sabes que no estás encasillado en un trabajo fijo. Hay gente que le gusta estar así. No es mi caso la verdad. Arriesgué. Me fui de los hoteles de la corbata naranja cuando más o menos tenia el condumio asegurado. Y me fui a uno más chico, más coqueto y, sí, también más cutre. Pero al menos sé que aquí si alguien sube es porque se lo merece, no por reir gracias, ni bajar a "reuniones" en los garages, ni pelotear, ni irme de juerga con los jefes. Si uno está interesado, hace su trabajo y se ve un poco de interés, es normal que se fijen en ti. No me quiero poner de el más trabajador del mundo, ni mucho menos. Pero al menos no he tenido nunca que comprarme rodilleras.
A ver si sale bien...