03-mayo - Doppelgänger

Se lo llevaron de noche. Entraron en su casa destrozando la puerta de una patada. Eran muchos. De negro, para ocultarse. Armados hasta los dientes. El grito de su mujer fue apagado de un culatazo en la mandíbula. Él, con una capucha en la cabeza, apenas podía respirar. Maniatado, en ropa interior, desconcertado...Se orinó. Lloraba y gritaba sin poder. Ahogado en su capucha. No sabía qué pasaba.
Lo arrojaron por las escaleras como un saco de patatas y lo arrastraron hasta una especie de furgón. Al menos eso parecía. La lluvia de golpes se sucedía dentro. No sabía cuántos eran. Ni mucho menos por qué le torturaban de esa manera. No era más que un albañil en paro.

La furgoneta paró. Lo sacaron a rastras y le obligaron a arrodillarse delante de los faros. A través de la capucha podía ver sombras, pero nada más. Un par de golpes más. Alguien le escupió. Allí mismo le descerrajaron dos tiros que acabaron con su vida. Y allí mismo lo dejaron tirado. Maniatado, encapuchado y con dos tiros en la nuca. Al más puro estilo ejecución.

Para mí, fue una suerte cruzarme con este pobre desgraciado. Perseguido por, podríamos decir de una forma sutil, por una organización no muy lícita y sentenciado a muerte desde hace tiempo, no pude más que congraciarme con mi suerte cuando lo vi en el autobús. Era igual que yo. Era como verme en un espejo antes de mi huida. Mi barba, mi pelo teñido y mis gafas incluso me hicieron pasar inadvertido delante de mi doble, cuando le pedí el periódico que había terminado de leer en el bar al que lo seguí. Pero yo sabía que mi disfraz no sería eterno para mis perseguidores. Así que, sin perder tiempo, empecé a urdir un plan. Un plan salvador. Y, a la vez, un plan condenatorio. Seguí a mi doble. Controlé sus movimientos durante unos días. Cuando conocí su dirección, una simple llamada puso en alerta a mis enemigos.

El resto ya lo sabéis.

2 comentarios:

pegaso dijo...

buen plan, tomo nota, jeje

Rakel Archer dijo...

Deberías deleitarnos mas a menudo con tu vena narrativa. Sabes que soy una fan de tus (pocos) microrrelatos.

Beso