12 junio - Bares famosos de ayer y hoy. Capítulo II: El Rinconcillo


A fuer de ser sincero, he de reconocer que no soy un seguidor acérrimo de El Rinconcillo, pero un bar que tiene más de 4 siglos de antigüedad bien merece una entrada. El Rinconcillo no es en sí un templo cervecero, si no más bien un punto de obligada referencia en la "tabernomaquia" sevillana. Todo el mundo conoce este bar y es que aquí, a diferencia del jota, sí que se puede comer ¡Y vaya cómo se come! Pecado mortal no pedir una pavía o unas croquetas. Y por supuesto condenación eterna no pedir las espinacas con garbanzos. Aquí, lo bueno de tomar cervezas, es que puedes ir alternando rondas con tapas y rondas sin. Sin tapas, claro, las cervezas sin alcohol son consideradas "infantiles" en este blog.
El Rinconcillo es un bar donde se está de pie. Hay unas cuantas mesas que solo son válidas en compañías de mujeres ("me duelen los pies") y niños ("papá/padrino/tito estoycansadovamonos yá"). Siempre hay que hacerse fuerte en la barra del bar, que en esta taberna es suficientemente larga para albergar a varias personas, aunque ello no es óbice para que la gente se apiñe alrededor de uno como en el autobús en hora punta. El que esté falto de cariño notará ese calor humano que echaba en falta. El que no, simplemente podrá bufar como un toro en la Maestranza.
Hace poco, o al menos yo me enteré hace poco, han abierto un restaurante en la parte superior que antes se usaba como almacén. Es un poco pijo y la verdad que a mí no me gustó demasiado. Prefiero la taberna, más sevillana que lo que intentan vender con el restaurante.
Además de cervezas se pueden degustar vinos y moscateles. Ojo a las mezclas que la visión de un barril que pone MOSCATEL delante de tus ojos durante más de 6 cervezas suele ser muy tentador. El dolor de cabeza al día siguiente está asegurado si se cambia el tercio de cervezas a vinos. A diferencia del jota no se puede esta vez hablar del personal. Camareros típicos de toda la vida mezclados con aprendices con pelusilla labial forman el conglomerado de la barra.
Lo mejor que tiene El Rinconcillo es su ubicación. Junto a la plaza de la Encarnación, en todo el centro de la ciudad. Punto inicial de muchas tardes de sábado, de esas de cervezas - tapas - café - pastel - copa - más copas - vuelta a las cervezas - cena - vuelta a las copas en discoteca.
A pesar que El Rinconcillo no es uno de mis bares favoritos de cerveza, sí que ocupa un lugar destacado en esta lista de bares famosos de ayer y hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahhhh si ????? pues a ver cuando vamos a degustar esas tapillas ¡¡¡¡ jajaja